Si usted ha sido diagnosticado con una alergia a los alimentos, obviamente deberá evitar el consumo
de los alimentos generadores de la reacción orgánica, sin embargo es importante
saber que la gravedad de los síntomas de la alergia difiere de persona a
persona.
Por ello cuando los síntomas de alergia son
leves, hasta se pueden tolerar pequeñas porciones de los alimentos productores
de alergias, las cuales comúnmente se confunden con intolerancias alimentarias ya que muchos de los síntomas son
similares, por lo cual solo el diagnostico profesional es válido para hacer
frente a la condición y evitar reacciones graves, que pueden desembocar en una
situación fatal.
Algo para tener muy en cuenta que permite establecer una
diferencia, es que los síntomas de la alergia alimentaria
seguirán siendo consistentes sin importar la cantidad de comida que se coma,
mientras que los síntomas de la intolerancia a los alimentos se
incrementarán cuanto más se coma un alimento al que se es intolerante.
Muchos alérgicos no toman real importancia del
riesgo que significa comer una comida que ha sido clínicamente diagnosticada
como productora de alergia en el caso individual, situación que se produce por
lo general cuando no se han experimentado reacciones severas antes, algo que puede ser fatal.
La Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología,
previene que después de comer un alimento al que se es alérgico, por lo general
las primeras veces no proporciona indicios de una reacción, pero a medida que se
continúe consumiendo en el tiempo ese mismo alimento, el sistema
inmune construirá una resistencia hacia él y por lo tanto brindará una
reacción en cualquier momento, por lo cual la mejor opción es eliminar los alimentos que causan alergia definitivamente.
Para tener en cuenta; una alergia alimentaria se
produce cuando el sistema inmune reacciona con hipersensibilidad a las
proteínas de ciertos alimentos y este tipo de alergias son más
frecuentes entre los niños, siendo los alimentos más comunes que causan una
reacción alérgica; el trigo, los huevos, la leche, la soja, el maní, las nueces
y el pescado.